Hola y bienvenidos, un día más, a Aprender Fotografía – el podcast. Soy Fran Valverde y como siempre me acompaña Pere Larrègula y hoy también tenemos con nosotros a Jordi Farrus, fotógrafo de moda y publicidad, con 41 años de profesión a sus espaldas. En el programa de hoy vamos a comentar la trayectoria profesional de Jordi Farrús.
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Empezamos con la entrevista, tal y como hemos comentado en la intro, vamos a tratar la trayectoria profesional de Jordi Farrús. Os dejamos su web para que le echéis un vistazo a su trabajo:
¿Cuál ha sido el cambio más importante que ha democratizado la fotografía?
El cambio de químico a digital ha sido una revolución absoluta. La fotografía siempre se había basado en jugar con la oscuridad para proceso o para cargar las placas o los carretes, para el revelado… Y pronto aparece el digital que lo cambia todo. No solo en el proceso sino después para poder añadir a la imagen contraste, detalle… Antes se trabajaba a pelo.
Cuando se hacían trabajos de mucha calidad y delicados como vestidos de novias, por ejemplo, tenías que comprar grandes paquetes de películas con el mismo número de emulsión para que no hubiese cambios de color. Había que testar esa emulsión para ver si tenías que añadir algún filtro para neutralizar más alguna dominante y a partir de ahí intentar hacer todo el trabajo con esos carretes.
Recuerdo un trabajo para Pronovias que tuve que comprar más de dos mil carretes. Era un trabajo muy artesanal, muy de oficio.
¿Cuáles fueros tus inicios? ¿Con qué edad empezaste en la fotografía? ¿Empezaste trabajando tú solo, como ayudante…?
Empecé con 14 años de aprendiz, me gustaba la fotografía pero no tenía ni idea de qué era realmente lo que quería. El destino y la suerte me llevó a trabajar al lado de un gran maestro que era Agustí Centelles. Un hombre que había sido reportero en la República en la Guerra Civil, que tuvo que huir a Francia y estuvo en un campo de concentración. A su regreso no le permitieron seguir trabajando de reportero, tuvo que trabajar de fotógrafo industrial, publicitario, etc.
Con él aprendí a preparar los revelados, pesar los productos, revelar a mano los rollos… todo el proceso. Trabajamos con cámara Linhof de exteriores, con placas… todo muy artesanal, siempre con el fotómetro en la mano.
¿Buscabais también localizaciones?
No, era un trabajo más industrial. Ibamos a ferias de muestras, a fotografiar escaparates… Aprendí la técnica de tapar los escaparates con un gran trapo negro para que no reflejase de noche hacia fuera y aun así el escaparate estuviese iluminado con una gran calidad. Siempre con trípode, siempre con exposición.
Una característica de Centella era que disparaba retirando el tapón del objetivo con la mano y contando mentalmente. Él me enseñó a contar mirando el reloj un minuto exacto, contar segundos exactos. Siempre todo mentalmente, era todo muy peculiar visto ahora.
Centellas, a pesar de que trabajaba con lentes muy buenas, ya dejaba el obturador muy abierto con un diafragma concreto, bastante cerrado normalmente. Sencillamente retiraba el tapón del objetivo con mucha suavidad y ahí empezaba la exposición, hasta que lo volvía a tapar. Entonces cambiábamos la placa y volvía a hacer otra exposición. Trabajaba así de día y de noche.
¿Cómo le aparecían los trabajos? ¿Funcionaba también con representante que le buscaba el trabajo o era directamente el fotógrafo el que conseguía los trabajos?
No, era el fotógrafo solo. También el boca a boca. Hacía mucho trabajo industrial, empresas que hacían motores, fábricas que hacían maquinaria textil… tenía una técnica muy depurada de rellenar detrás de la máquina con trozos de papel blanco.
Llevábamos dos foquitos para hacer esa exposición, y después en el revelado, que siempre era en blanco y negro, con un lápiz reseguía la máquina o el elemento fotografiado y con una pintura como rojiza iba tapando el resto de la imagen, haciendo una máscara. Colocaba el negativo en la ampliadora y sobre el papel fotográfico solo proyectaba la máquina, aparecía el fondo blanco impoluto y la máquina perfecta.
Él me enseñó el abc de la fotografía. Años después, al iniciarse la Democracia, regresó a Francia a por los negativos que había dejado ocultos, que eran fotos de la Guerra, de la República, del campo de concentración. En el propio campo de concentración hacía fotos y las revelaba, con unos medios increíbles. Utilizaba la propia cámara de placas invertida, utilizando la luz del sol.
Hay que entender mucho por qué se hacían esas fotos y cómo se hacían. Hay que saber del contexto de cada fotografía para entenderla, lo que hay detrás, la historia. Hay que entender que los medios no eran los mismos, las situaciones, la dificultad…
Antes nos has comentado que tú trabajabas con diapositiva, ¿verdad?
Sí, así es, trabajaba con diapositiva porque era lo que daba más calidad para imprimir. El negativo perdía mucho, perdía detalle al positivizar. La diapositiva era mucho más fiel en cuanto a resolución. El cliente te lo exigían, era muy crítico. En el revelado no podías corregir. No se podía tirar hacia atrás. Había muchos problemas, se trabajaba con mucha técnica.
La primera foto era la foto uno, y tenías el rollo A, B y C. Tenías que revelar un trozo del rollo A y ver si iba bien. Era muy complicado.
Hoy en día, le comento a la gente joven que está empezando en la fotografía que antes era muy difícil el aprendizaje, ya que tenías que esperar un día, dos días… tenías que tener anotado lo que habías hecho, si no, no te acordabas. Era caro, tenías que pagar el revelado. Ahora el aprendizaje es instantáneo, haces la foto y en el momento ves si te has pasado, dónde está el error…
Después de tu etapa como ayudante con Agustí Centelles, ¿pasas a ser profesional directamente?
Yo era muy joven, así que tuve unas etapas en las que estuve haciendo murales en laboratorios de Barcelona… Tenía claro que lo que me gustaba era disparar, no estar en el laboratorio. Aunque todo lo que aprendí fue una enseñanza muy interesante. Además me ayudó mucho saber realmente todos los procesos de revelado en manual, tanto en blanco y negro como en color. Así después sabía qué podía exigir, fue muy importante tener esta formación.
No empecé a trabajar por mi cuenta hasta después del servicio militar. Anteriormente no había tenido nunca contacto con el mundo de la moda. Empecé con una pequeña agencia de publicidad después del servicio militar, que creaban una revista de moda que se llamaba Vestirama. En ella trabajaban fotógrafos de la época como Jeroni Vives, Toni Riera, Farraté…
Conseguí que me dejasen acompañar a los fotógrafos a las sesiones para llevarles las cosas y así aprender. Me pareció sencillo: buscar un fondo interesante, colocar a la modelo, trabajar bien la luz… Y así es como al poco tiempo me lancé, con un primer trabajo para esa empresa.
Hice una sesión en la playa, me la jugué mucho. Escogí tres modelos y de las tres, dos eran muy buenas. Como estaba en la playa tenía un gran contraluz del mar. En esa época el AF era manual. Esa fue mi primera sesión, un trabajo de cien vestidos en dos días.
A partir de ahí empiezas a trabajar por tu cuenta, ¿cómo ha sido? ¿Trabajabas todos los días del mes o ibas teniendo épocas de más o menos trabajo?
Mi trabajo siempre ha sido fluctuante. Siempre había algún mes que se te acumulaban varias sesiones y eso me estresaba mucho ya que todo lo hacía yo solo. Y a lo mejor al mes siguiente tenía un mes muy tranquilo. Todavía esto sigue ocurriendo.
En los últimos años me he especializado mucho en los vestidos blancos, vestidos de novia. He trabajado 10 años para la empresa Pronovias y ahora llevo 5 con Rosa Clará. Es un tipo de trabajo donde la técnica es importante, porque para iluminar blanco sobre blanco hay que iluminar muy bien pero que la luz que describe el vestido no destroce la cara de la modelo.
También por mi estilo que es muy elegante y encaja muy bien con este producto.
Un factor que ha aparecido en los últimos años y que me ha afectado mucho es que el fotógrafo ofrece ya el retoque y yo esto nunca lo he hecho. Al contar con un estudio de retoque externo, siempre ha complicado más este tipo de producciones, ya que son muchos días de sesión, muchas prendas.
Hoy en día es importante que el fotógrafo tenga su propio equipo de retoque, o hacer un acuerdo con un estudio. Pero tiene que haber mucho entendimiento y una línea muy igual. El retoque es una visión muy personal.
Hasta aquí el programa de hoy donde tratamos de la trayectoria profesional de Jordi Farrús. Como siempre os decimos, si os gusta nuestro programa, agradecemos mucho una reseña en iTunes de cinco estrellas, un me gusta y/o comentarios en iVoox. Muchas gracias también a nuestros suscriptores a los cursos online y al resto de oyentes.
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