Otra cosa a tener en cuenta es el tamaño de la fuente de luz, la famosa ley inversa del cuadrado de la distancia… que en resumen, nos dice cuál es la caída que tendremos, y para no alargarme: una fuente pequeña y cercana tiene una caída rápida de luz, es decir, nos sirve para que en nuestro retrato destaquemos una zona concreta, y conforme parte del rostro se aleja de esa zona y por lo tanto de la fuente, la luz cae rápidamente (muy sencillo de gestionar con luces picadas con el centro en los ojos por ejemplo). Y por el contrario, una fuente grande o lejana, nos dará una caída más lenta. A todo esto sumar la longitud de las sombras, que nos lo dará la distancia del motivo a la fuente de luz y el ángulo, como efecto de la ley inversa, una fuente cercana nos dará sombras cortas, y una lejana largas.
Curso
Curso de iluminación en retrato
¿Qué luz usar? Para escoger bien qué luz usar, en primer lugar debemos tener clara la diferencia entre la luz dura o la luz blanda, aunque si sólo fuese eso, sería sencillo, de hecho, lo único que cambia, es la profundidad e intensidad de las sombras, con la luz dura tenemos sombras oscuras y densas, y con la luz blanda obtenemos sombras más suaves.